lunes, 15 de diciembre de 2008

De regreso a la nostalgia.

Upa, Upa, le decimos a un niño para estimularlo a incorporarse cuando sufre alguna caída sobre la marcha, y en estos días estoy tan cansada que necesito auparme para empezar cada jornada, por suerte, mi vida vuelve a la normalidad y después de un mes fuera de casa, mi esposo regresó, ya no preciso ocuparme del trabajo de los dos, ni de las responsabilidades de casa sola, así que me iré tomando de a poco un respiro y "desentrenándome" de la agitación de las últimas semanas, que agotadoras y todo me dejaron el saldo de nuevas experiencias y especialmente de conocimientos, pues tuve que liarme en más de una ocasión con problemas de filmación y edición que habitualmente no asumo, así que el saldo es positivo, porque lo aprendido, bien paga el tiempo dedicado a ello, ahora retomo mis espacios y esta blog es uno.

NOSTALGIAS.

Cuando anuncié mi retiro Juan desató un montón de nostalgias en el comentario que dejó en esa entrada, evocación de mis años universitarios que recuerdo como una etapa encantadora, lo increíble es que ese período transcurrió en el período de mayor crisis económica del país, (1990-95) y si en casa era complejo sobrellevar al situación, en una beca era mucho más complejo, sin embargo siempre encontramos un motivo para reír, la fuerza para hacer amigos, el deseo de lograr los sueños y el tiempo para tejer a fuer de esperanzas porvenir.
La universidad de Oriente en Santiago de Cuba, será por siempre un sitio especial con su centenar de escalones a subir en cada jornada, con los deslumbramientos ante la inteligencia y el caudal infinito de la sapiencia a conquistar y a admirar en los más avezados.
Será por siempre un rincón de memoria para amigos, amores, aventuras, locuras...
No podría prescindir de uno solo de esos recuerdos, ni aquellas cocinas improvisadas en los cuartos para suplir la poca atractiva propuesta del comedor escolar, los cubos de agua cargados desde la cisterna, los paseos por las calles santiagueras, las botellas (auto stop) para desafiar el pésimo transporte urbano e interprovincial, los viajes imprevisibles e impredecibles en los siempre demorados trenes "lecheros", las tertulias culturales y existenciales, las horas que permanecíamos en las "cafététías", conversando mientras bebíamos aquellas infusiones, insípidas, si acaso dulzonas en un día de suerte, lo apagones y las huidas...
Esas salidas del recinto universitario para poner distancia entre una jornada y otra, claro, era una excusa muy conveniente para ir de discoteca y "calle" buscando la diversión que exigía la juventud que ostentábamos, nunca más he vuelto a homologar la brevedad de mis prendas, creo que hasta podría presumir de poseer un récord en cuanto a la minimez de mis faldas, ya no sería igual, porque la esbeltez y yo parecemos peleadas de por vida...
Y sin embargo con el perdón de Cedeño, no amo a Santiago por increíble que parezca, adoro los recuerdos de lo que viví en ella, pero no el sitio, nunca me gustó la ciudad.
Imprescindibles son los amigos hechos allí, muchos de los cuales aún me acompañan, no a mi lado ¡qué más quisiera yo!, pero si cercanos en el afecto claro que nace a la sombra de la comunión y no quiero mencionar a nadie para no pecar de la omisión típica en cualquier enumeración.
Mis años universitarios son más que un quinquenio de vida, o un período de estudio: fueron una época feliz

5 comentarios:

Joselu dijo...

Me alegro de volver a leerte en tu casa tras este mes agitado en tu vida. Nos traes tus recuerdos de la universidad de Santiago, de tu época de estudiante en tiempos de crisis. Yo viví la mía justo cuando murió Franco. La viví entre la dictadura y la transición a la democracia. Fueron años de lucha estudiantil, de combates con la policía del franquismo, de asambleas, de discusiones, de militancia política, de enamoramientos, de vinos, de juergas. Sí, sin duda los años universitarios tienen un sabor especial y nunca se vuelven a repetir. Un cordial saludo.

Yolanda Molina Pérez dijo...

Joselu, no sabes cuanto lamento la certeza de tus palabras "nunca se vuelven a repetir", sería maravilloso, especialmente si al desenfado pudiese ponerle la experiencia de hoy, bromas aparte, me gustaría conocer vivencias personales de ese período de tus años universitarios, algo más cercano que la historia, saludos Yolanda

Maritza Bueno dijo...

Hola Yolanda,
te cuento que me pasé todo el fin de semana leyendo tu interesante blog. Me gusta la claridad, sinceridad y diriía que hasta imparcialidad con que analizas todos tus puntos de vistas. Me leí también gran parte de los comentarios de las personas que participan en tu blog, asi como tus respuestas.

Al final del Domingo tenía los ojos "duros" (irritados )literalmente de tanto leer. Pero no me arrepiento, lo disfruté y tuve muchas aclaraciones de cosas que me preguntaba. Todavía quedan muchas pregunta en el tintero, pero poco a poco irán saliendo.

Vivo en Miami y hace tiempo andaba buscando gente cubana que viviera en la isla, para oir de sus labios (o leer de sus dedos) como es que viven. Ya sabes que aqui en Miami le pintan a uno un panorama que ¿para qué repetir?. Sin embargo, yo siempre me decia, no puede ser todo verdad, no puede ser todo tan negro, tienen que haber otros matices y tiene que haber gente que esté de acuerdo con la revolución, no por miedo como dicen aqui, sino por convicción. Basada mis deduciones por los cubanos que conozco, muy especialmente los jóvenes que acaban de llegar. Noto en ellos un grado de educación escolar y de razonamiento muy superior a los demás muchachos de otros paises, incluyendo a Estados Unidos. Además no los veo llegar desnutridos ni enfermos, etc. Se que tienen dificultades económicas (principalmente por el bloqueo), pero quizas gracias a ellos es que ustedes son tan creativos. Son invensibles!

Para dicha mia, siguiéndole los paso a Joselú (el no lo sabe, se va a enterar ahora), siguiendo algunos links vine a dar a tu blog y que alegría. Ha sido como asistir a un seminario sobre Cuba y su gente. Si antes los admiraba, hoy los admiro mas, porque a pesar de todas las dificultades son un pueblo culto, valiente, que no se doblega ante la gran potencia que representa USA.

Me enteré por otro blog que encontré (me gusta muchísimo (también de Cuba) que la educación musical es gratuita, algo increible aqui en Miami, donde una hora de piano te cobran de $40 a 60 (dollares).

Bueno, no me extiendo mas, seguiremos comunicándonos, gracias a este medio. Por cierto, según los cubanos en el exilio a ustedes les está prohibido tener acceso al internet... ja ja otra mentira mas que acabo de descubrir. Se que no viven en un paraiso, pero las cosas no son como las pintan aqui.

Mis respetos desde Miami

Yolanda Molina Pérez dijo...

Maritza, realmente me regocija que hayas encontrado tantas cosas de tu agrado en mi blog...
es lamentable la difusión de extremos que se hace de la realidad cubana, porque perjudiciales resultan por igual los denigrantes como los apologéticos, si no fuera por los 50 años de Revolución hecha a 90 millas de los Estados Unidos y a su empeño inútil por destruirla, seríamos una isla más dentro del mar Caribe, pero somos la hija "descarrilada" y en consecuencia estigmatizada, me reconforta saber que desde este espacio personal, puedo mostrar un pedazo de mi Cuba, tratando de ser fiel a lo que día a día sucede sobre esta porción de tierra.
Tu llegada es una buena noticia, bienvenida, saludos
Yolanda.

Osmaira dijo...

Saludos Yolanda, también has despertado en mí algunas nostalgias, imagínate que en esas adversas circunstancias que relatas se concibió mi hija Beatriz. Pero a mí sí me gusta Santiago y cada vez que puedo vuelvo por allá.