sábado, 20 de diciembre de 2008

Espíritu navideño.

La celebración de la Navidad, tiene aún un aire de novedoso entre los cubanos que siempre festejamos el fin de año y antaño los agasajos del 24 se consideraban como los de Noche Buena, pero hace poco más de una década cobró auge esta fecha y los ritos mundialmente asociados a ella como el decorado del “arbolito”, los regalos…
Pero no es un análisis histórico sobre esta fecha lo que pretendo, sino sobre el espíritu de fraternidad que se generaliza, la gente se predispone favorablemente unos a otros, abundan las felicitaciones, los buenos deseos, se pasa por encima de desavenencias y se procuran espacios de unión familiar y social, todo lo cual a mí me parece muy bien, sea cual sea la razón que lo propicie.
Pero sería muy bueno que esa afabilidad perdure más allá de unos pocos días, que por el resto del año estemos llenos de esa bondad “navideña”, podría dejar un saldo inconmensurable, el paso de los humanos es apenas un destello comparado con la existencia del universo, así que de nada sirve malgastar el tiempo en odios, rencores y peleas banales.
Más fraternidad entre los seres humanos, cercanos física y espiritualmente ayudaría a aportar menos oscuridad en medio de un mundo donde los horrores se multiplican a diario como paradójica contradicción entre el incremento de la inteligencia y la tecnología manejada por nosotros seres racionales, que no logramos despojarnos definitivamente de la esencia primigenia animal de la cual provenimos.
Si los buenos deseos perduran por más tiempo, podrían ser una poderosa arma de exterminio contra esa plaga infernal que es la envidia.
No importa si es 25 de diciembre o de abril, ame a su prójimo, limpie su alma, purifique los malos pensamientos con la voluntad confesa de ser una mejor persona y estará haciendo su aporte a la humanidad.
En lo personal no creo mucho en las celebraciones enmarcadas, poco cuenta la fecha y la hora si el acercamiento es sólo el acatamiento de maneras consentidas por otros, lo válido es que el abrazo te estremezca por la ternura, que la risa sea una expresión genuina de dicha y la felicitación proferida a otros un deseo auténtico.
Si la “paz navideña” perdura más en nuestras mentes, estaremos más cerca de nosotros mismos y de los que amamos, no mire el almanaque y reserve en su cuerpo la euforia festiva, no quite las guirnaldas o el árbol si es con ellos de donde nace la buena voluntad, a fin de cuentas, cualquier momento es propicio para dejar que germine la bondad.
Ese es mi deseo, un año entero de navidad.

2 comentarios:

Joselu dijo...

En nuestros blogs siempre es Navidad -se podría decir- porque observo que mantenemos la cordialidad y el espíritu de encuentro así como la idea de compartir. Que esto siga así, y que nuestro bienestar lo proyectemos en el entorno que nos rodea. Es una forma de practicar la meditación,o al menos así lo veo yo. Felices días, amiga, en compañía de tus seres más queridos. Que este espíritu continúe más allá de estas fechas. Un abrazo.

Yolanda Molina Pérez dijo...

Joselu, realmente este mundo de las blogs, genera un campo de aceptación y respeto (con las lamentables excepciones), la diversidad de temas, puntos de vistas, divergencias y concordancias, no entorpecen estos enriquecedores diálogos, esperemos que la Navidad y su esencia de tolerancia, salga de la red y se vuelva menos etérea.
Gracias y Felices fiestas para tí y tu familia.
Mañana o sea, el lunes 22 de diciembre se celebra en Cuba el Día del Educador, hacemos regalos a quienes se dedican a esta profesión y encontramos diversas maneras de homenajearlos, sé que es una celebración nacional, pero quiero felicitarte también con motivo de la fecha, y reiterarte que eres una permanente añoranza de mis años de estudiante.
Felicidades Profesor, Maestro, Educador, que viven todos en tí, un abrazo