miércoles, 9 de junio de 2010

¿Qué hay después?

Por estos días podría tener la vana pretensión de ser reina, "la magnífica soberana del reino Abulia"...Donde todos ruedan de una cama a otra aún cuando a los ojos de los foráneos parezcan seres sumidos en la cotidiana acción...
¿Por qué a veces nuestro cuerpo nos cuesta, la mente no cesa, la calma se extingue?
¿Por qué ponemos nuestros afectos e ilusiones en seres tangibles? ¿Por qué confiamos en otros, por qué esperamos ser entendidos? ¿Por qué podemos pensar en atroces ideas con pasmosa serenidad?...
Son muchos por qué en una noche donde la oscuridad nace de mí y las palabras salen húmedas de pena, no siento vergüenza, la decepción me vence, cuando la gravedad precipita hacia el abismo de lo irrecuperable algo o alguien a quien consideraba posesión, desciendo a la sima y me empapo de la vulnerabilidad del miedo, la sinrazón cena esperanza y el futuro es sólo un paso más, en bajada...
A veces encuentras las fuerzas y las maneras para escalar, porque en el fondo sigue viva la idea de no pertenecer allí ¿y si muere? ¿Qué hay después...?

6 comentarios:

Animal de Fondo dijo...

Querida Yolanda: Tengo la triste experiencia de que mis pensamientos acerca de la muerte casi nunca sirven de consuelo y a veces hasta ofenden sin quererlo. ¿Cómo estar a tu lado entonces?
Así que no se me ocurre un modo mejor que sencillamente expresarte mi cariño hacia ti y callar.
Un abrazo.

Lola dijo...

Yolanda: sea lo que sea lo que te hace sufrir, siénteme a tu lado. La vida y tu lo sabes, es un va y ven y si ahora ves oscuro, mañana veras más claro. ¿Te puedo ayudar en algo? Si te apetece ponme un mail y charlamos un poquito. Aquí estoy y somos amigas. Besos Lola

Maykel dijo...

Yolanda, eso que sientes es lo que Unamuno llamó "el sentimiendo trágico de la vida". Lo único que puedo decirte es que pese a lo insustituible de cada pérdida, la vida que nos posee casi siempre encuentra razones para reafirmarse.

Qué más decir, cuando seguimos vivos con todas las ausencias a cuestas...

Anónimo dijo...

Después, hay un después, el miedo si claro que es vulnerable, como lo es la vida, siempre habrá una sed que despierta, las pausas, el sonido a lo lejos que nos avisa del brote, se palpa como siempre, te llaman los después, esos que sonríen lindo y te mueven y te alzan y dejan que conviertas el dolor en recuerdo y empiezas a sentirte orgullosa de estar viva para recordar. Eso es lo que hay después... amor

Lola dijo...

Me sigo acordando de ti. Lola

Yolanda Molina Pérez dijo...

Estoy de mejor ánimo, pero con mucho trabajo y en medio de obras de ampliación de cocina y la casa se ha convertido en un campamento agrícola...
gracias por sus mensajes, un abrazo a todos.