miércoles, 6 de julio de 2011

La Voz.

La intensidad del sol caía con desparpajo sobre la tierra, la brisa caliente se colaba por la ventanilla abierta sin alejar la modorra que el monótono y rítmico sonido del motor me imprimían, con la vista puesta en el horizonte y los pensamientos un poco más allá, no logro recordar cuál fue el instante preciso en que aquella voz atrajo mi atención, pero por el tono y la originalidad de sus palabras en un momento me descubrí prestando atención a la radio, a pesar de que suelo evadirme conscientemente de ella, porque no me gusta, es más, estoy segura de que me irrita.
Ese fue mi primer contacto con Noemí, una mujer que lleva casi tres décadas ligada a los micrófonos de la emisora Radio Sandino, al verla me sorprendió que apenas sea una mulata, pues se anuncia en la despedida de uno de sus programas diarios como la responsable del tinte negro que confiere a las mañanas de los oyentes en tanto a su compañero de cabina le otorga la responsabilidad del tono blanco.
Y aunque apenas menciona estos dos colores creo que su voz es mucho más policroma, tiene el don de pintar con palabras y permitirnos visualizar aquello que nos describe o anuncia, tuve el privilegio de estar a su lado en la trasmisión de uno de sus espacios habituales, en esta ocasión información utilitaria y de valor social, para quienes no la han visto les cuento que Noemí le habla al micrófono de la misma manera en que lo haría en la calle, gesticula con las manos y el rostro y disfruta cada instante en que multiplica su voz por la frecuencia de la emisora local.
Noemí Balmaseda Albelay, es una mujer de radio, locutora, guionista, directora, periodista, publicista, posee un carisma singular y una franqueza que conquista, con rapidez y sin tapujos bosquejó su vida, sin omitir detalles por engorrosos que sean.
“Nací en Sandino, mi familia llegó aquí con el plan Miramar, mi papá era vecino de Cheíto León, así que ya tú sabes, somos cuatro hermanas y todas nos hemos formado como profesionales, militantes del Partido, dirigentes”
Y me sorprende que el pasado que otros intentarían ocultar ella lo ponga por delante, no duda en incluir a su padre entre los tesoros más valiosos y no falta una perspicacia excepcional que ahí encontró la fuente de inspiración para el trabajo “Escambray, génesis de una vida” que le permitiera obtener el premio periodístico 26 de Julio.
Otros muchos galardones atesora Noemí, como el premio Primero de Mayo, el científico técnico Gilberto Caballero, el Nacional de Medio Ambiente y varios galardones en los festivales municipales y provinciales de la radio, sin embargo considera que la mayor recompensa de su vida son Leydi y Dayana, sus hijas.
Una mención especial su esposo, que lo califica de muy exigente y de ser el pilar fundamental en la vida doméstica para poder asumir sus compromisos en la radio y en Sandino Visión, telecentro local con el cual también colabora.
Noemí es presidenta del Consejo Artístico en la emisora, también dirige un proyecto con niños que padecen el síndrome de Down y que Willy Campa, el reconocido músico pinareño, oriundo de Sandino le ayuda a patrocinar.
Desde pequeña se insertó en programas de la radio y en el transcurso de los años ha ido complementando su formación profesional, agradece en particular a Remberto Rico y Ramón Hernández, por todo lo aprendido junto a ellos, ahora retribuye el gesto y ha sido formadora de varias generaciones, fruto de esas enseñanzas es José Ramón Piñero, operador de audio, su brazo derecho, basta una mirada a través del cristal de la cabina, para que se pongan de acuerdo.
La voz de Noemí identifica la emisora, y con sólo mencionar su nombre los habitantes del municipio más occidental de Cuba, la reconocen con inmediatez, pero por esos encantos y misterios de la onda, su palabra llega más allá que el límite geográfico que demarca la frontera y tal vez a usted no le haga falta saber que ofrecen en el mercado agropecuario, los servicios de la peluquería o la ofertas de la heladería, pero ella lo atrapa y es que la dinámica de sus programas le impone un ritmo que no deja espacio para mover el dial.
Reconoce que le gusta hacer programas en vivo, la interacción con el público y que cada año trata de reestructurar sus programas, para mantenerlos en la popularidad y en especial para acercarlo más a lo que quieren sus oyentes, confiesa sin tapujos que pregunta constantemente a la gente si oyeron sus programas y qué querrían escuchar en ellos, esa es su mejor herramienta de trabajo para el replanteamiento de los distintos espacios.
No conozco a Noemí con profundidad, pero me impresionó la facilidad con que en medio de lo que a otros podría parecer un caos ella fue dando cuerpo a un programa de radio en vivo, sin dejar de conversar, sin perder el hilo de la trasmisión, sin errores, sin entradas tardías o tan sólo un titubeo, un derroche de oficio y profesionalidad en un medio complejo y dependiente de la tecnología.
Quienes trabajan en la radio saben que pueden perder en un instante a sus oyentes, que no hay un segundo menos importante que otro, que la señal puede faltar en el receptor, el desinterés mover el dial o el tono de su voz quebrar la empatía, Noemí juega a perseguirnos, a retenernos con un timbre que madre natura le concedió y ella ha perfeccionado su uso, esta mujer logra tender un puente y que sintamos su carisma más allá del mensaje.
Se siente orgullosa de pertenecer a ese colectivo que el próximo 10 de octubre estará celebrando el 30 aniversario de la fundación de la emisora, su vida está indisolublemente ligada a esa historia, no puede discernir entre cuánto hay de ella en la radio y cuánto de la radio vive en ella, pero no hace falta, porque Noemí acompaña desde la radio a vivir y la radio vibra en ella marcando etapas de existencia y propiciando la energía para insuflar nuevos sueños, los que teje con su voz desde la cabina para cualquiera que pueda oír, o los que oye y la aferran a la esperanza de poder marcar la diferencia entre la soledad y la compañía de los que están allá afuera.

Fotos de Daniel Mitjáns.

2 comentarios:

Animal de Fondo dijo...

De las ganas que me entran de buscar en el dial se deriva la siguiente idea: ¿no ayudaría en la "batalla de las ideas" que pudiéramos escuchar a través de internet a tantas voces conmovedoras, a tantos profesionales brillantes que reflejan la vida real? Para mí sería maravilloso poder hacerlo y no me cabe duda de que su poder de convicción desarmaría muchas barreras.
Un abrazo, Yolanda, me gustó leerte. ¡Gracias!

Yolanda Molina Pérez dijo...

Francisco, supongo que esa es una posibilidad que no se explota de la manera precisa, incluso los sitios de nuestros canales de tv y emisoras son más parecidos a la prensa plana que a a la radial o televisiva, disponibilidad tenológica es uan y la otra que realmente el cáracter utilitario y local de mucho de lo que se trasmite no significaría mucho en la red, aunque soy defensora de la aldea al mundo....
Y probablemente podríamos hacer más con un grito salido del alma, que cientos de cuartillas replicando ideas similares...Un gusto tenerte por aquí...