miércoles, 13 de febrero de 2008

Unidad y lucha de contrarios

Mi abuela dice “todos vienen con defecto de fábrica, al tratar de cambiarlos, sucede lo peor, el nuevo tiene más problemas que el anterior”, mi madre por su parte asegura “no hay uno que merezca una lágrima o un suspiro”, mi bisabuela siempre dijo: “el mejor debería estar ahorcado con las tripas del más malo y por donde más le duela”. Tardé años en entender que ese era un ahorcamiento, que ignoraría el cuello del occiso.
Por otra parte según mi padre, “todas viven probando a ver si ya estás de gobernar”, y es creencia firme que las féminas tenemos en determinadas partes de nuestro cuerpo una fuerza superior a la de una yunta de bueyes para la tracción. Y si se reúnen más de dos hombres alrededor de un recipiente que contenga bebidas alcohólicas, los términos que se escuchen en una u otra historia son impublicables en estas páginas.
Los unos hablan mal de los otros, en conversaciones de bar, pasillos, confidencias telefónicas o hasta encuentros al azar en medio de una calle, una auténtica muestra de la ley filosófica que explica la unidad y lucha de contrarios.
Hombres y mujeres, tan opuestos, tan excluyentes y tan complementarios, una dulce amalgama, en la cual se contiene la vida en la brevedad de la subsistencia y en la intensidad de la pasión.
Cada sexo culpa al otro de sus penurias, le atribuye generalidades lamentables, pero siempre encuentra en un ser la esperanza de la excepción, y la razón para alimentar desde lo más puro un sentimiento que requiere de la ternura, el deseo físico y la comunión de intereses.
Por esas razones los seres humanos hacemos familia, decidimos vivir en pareja y crear una descendencia en la cual eternizar los genes de esa persona a la cual amamos y admiramos por razones, que tal vez otros detestan.
Nos acercamos a una jornada en la cual se rinde un tributo especial a este sentimiento, sin embargo es justo recordar que el 14 de febrero no es sólo el Día de los Enamorados, sino el Día del Amor, y aunque sólo se entiende a veces por este el afecto, aquel que sentimos por el ser con el cual compartimos el lecho, realmente amamos a muchos más seres, que merecen igual homenaje.
Más allá de lo que dicen los hombres de las mujeres y nosotras de ellos, nadie puede negar que aspira a encontrar a una persona que destruya esas creencias generalizadas, y a la cual le pueda entregar alma corazón y vida, así que aunque hablemos mal unos de otros tenemos una relación simbiótica en la cual nos integramos en aras de un proyecto conjunto para encontrar el sueño dorado de los humanos, que ya sabemos no podemos ser inmortales, pero anhelamos al menos ser felices….
No sólo por un día o una fecha señalada, sino en la cotidianidad de cada jornada, para que el amanecer nos ofrezca la certeza de que vale la lucha diaria.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Lo que mas me a llamado la atención te tu texto, es la sabiduría de tus abuelas.....

Saludos,

María José

marvin david vasquez hernandez dijo...

sin duda alguna las personas adultas son las que mas experiencia y sabifuria y aunque nos cueste debemos seguir sus consejos