lunes, 31 de enero de 2011

Los Palacios, dos años después...


Los Palacios no es un pueblo especialmente hermoso, sin embargo es un lugar al que me gusta ir, siempre en visitas de trabajo pues no me unen otros vínculos a este municipio que tuvo un lamentable protagonismo cuando en menos de 15 días fue el punto de entrada a tierra pinareña de dos huracanes de gran intensidad (Gustav, Ike), su geografía fue modificada con severidad en apenas unas pocas horas, la pupila dolía de solo mirar... por eso hoy me causa inmenso placer poder mostrar estas fotos, donde se puede respirar el renacer de la vida, la vuelta a la cotidianidad...



Entre los placeres de ir allí está el buen hacer en varios sectores económicos y sociales, cosas nuevas en cada visita y los deseos de multiplicarlas, los palaceños son afables, hospitalarios y conversadores, me agrada constatar en cada encuentro que ni siquiera se percatan de lo "escapaos" que están, para ellos formar parte del renacer de su pueblo, recuperar instalaciones en horas de trabajo voluntario, multiplicar los espacios para la recreación y consolidar los avances de su territorio, es apenas el día a día.



Quedan daños por resarcir, metas por lograr, vacíos por llenar, pero hay caminos para hacerlo e incentivos para cada nuevo paso, entre las sorpresas de este terruño se encuentra que a diferencia de otros sitios dónde no faltan las novedades, pero si la perdurabilidad, allí se ha encontrado "el fijador" para que cada victoria trascienda el instante de la conquista.



En Los Palacios también hay sitios de singular belleza, pero son sus habitantes los que nos encantan, son sus días y noches preñados de amor a la tierra chica, la esperanza y la certeza, las que nos atan afectivamente a este pueblo con nombre pretencioso y alma que le hace homenaje...

Fotos: Osbel Concepción.

1 comentario:

Lola dijo...

No existe cosa mejor que la cotidianidad, fuera de peligro de todo lo malo que existe en el mundo. Te mando un beso muy fuerte. Lola