sábado, 6 de septiembre de 2008

Excusa tardía.

Ser oportuno, es saber cuál es el momento justo para actuar, cuando irnos o llegar, el instante preciso para ofrecer la caricia, la disculpa o el silencio, puede ser un período de tiempo largo, a veces son sólo segundos los ideales y cualquier cosa antes o después ya está fuera de lugar.
Nunca he sido muy avezada en esto. Así me siento ahora, fuera de lugar al ofrecer tan tardías excusas en esta blog, que no dejé olvidada, sólo que menosprecié “pequeños problemas domésticos” que me han impedido mantenerme activa.
Cada dificultad que he presentado en estos meses, la creí salvable en poco tiempo y entonces todo sería como antes, pero una cosa se enredó con otra y así se me ha hecho un amasijo de complicaciones, ninguna grave pero todas limitantes y el tiempo no me alcanza para mamá, enfermera, enferma, doméstica… en fin que cuando llegan las horas en que habitualmente me sentaba a escribir y leer ya estoy exhausta.
Tengo deudas con el sueño, el aire libre, el ejercicio físico, la risa, con el teclado y conmigo misma que he ido dejando acumular temas, muchos seguro que los olvidaré o quedarán por siempre ahí.
Podría extenderme en explicar lo que significa María Fernanda y sus tres años a tiempo completo en casa, las “malacrianzas” de uno de mis meniscos, el dolor de mi rodilla, las preocupaciones por la fractura del brazo de India Alejandra, la operación de urgencia de mi suegra, este catarro inacabable y empecinado…
Pero mejor creer que las cosas encontrarán su cauce, (al menos eso espero) y volveremos a tener este espacio de encuentro…
Gracias a todos los que han estado preocupados por mi ausencia, en especial María José y Sonita.
No supe cuál era el momento justo para decir que estaría ausente, ojalá y este sea el adecuado para volver…

1 comentario:

Anónimo dijo...

Mi querida amiga, que bueno volver a leerte.... y como te dije, aca estoy y estaré par lo que que necesites.


Un Abrazo y feliz retorno.



María José