sábado, 17 de abril de 2010

Murió Alejandro Robaina.



Un caballero de menos tenemos hoy en La Tierra, Alejandro Robaina ha dejado de existir, se va en ese hombre la excelencia de las buenas maneras, la gentileza, el seductor, el campesino que supo desde el surco ganar la gloria de la exclusividad.



De un fino humor, su rostro fue fotografia-
do por miles de amigos, reporteros, artistas del lente que encontraron la manera de exaltar la nobleza y gallardía de Don Alejandro.


Llevaba meses enfermo, pero nunca le faltó el gesto amigable para los que lo visitaban para interesarse por su salud



o para agasajarlo en su último cumpleaños el pasado mes de marzo.
Robaina fue heredero de una tradición familiar y todo parece indicar que supo dejar en sus descendientes el mismo apego por el cultivo del tabaco en el cual han conocido la sencillez rural y la opulencia de un mundo en el cual siempre estuvo de paso para volver a refugiarse en su terruño, avizorar las primeras brisas de otoño y predecir el tiempo que acompañaría cada una de sus cosechas.

Robaina no fue sólo un hombre famoso, un ídolo de Pinar del Río y el mundo, Robaina fue un hombre de bien y eso es mucho decir en estos tiempos donde el dinero y la celebridad trastocan el entendimiento.

Un amigo llamó y nos dio la noticia, “El Viejo” como cariñosamente le llamaban muchos allegados nunca más será un pretexto para desviarnos del camino y llegar a “darle una vuelta”, nunca más cuando los campesinos se sientan desvastados ante un huracán levantará la bandera de la esperanza asegurando que es posible salvar la zafra del año si… y ahí prodigaba su sabiduría sin escatimarla para ayudar a multiplicar el verdor de los campos.


No volverán los jóvenes a mostrarles las hojas sólo para saber que piensa Robaina de cómo van ese año sus vegas, no volverá a mecerse en un balance amparado a la sombra en el portal mientras fuma un excelente tabaco, no regalará más anécdotas con ese singular modo de contar, ni volverá a despedir sus visitas con su menudo paso mientras pasaba el brazo por los hombros del que se iba.


Robaina no va a estar más y sin embargo miles de horas de grabación en diversos soportes, ni me atrevo a aventurar cuántas instantáneas, lo dejaron atrapado, más las miles de personas que siempre recordaremos su figura y su memoria.

No quiero decir adiós a un hombre cuyo rostro estaba intensamente surcado por la vida, como las propias nervaduras de la hoja que el supo engrandecer, no quiero ni puedo decir adiós a un excelente ser humano, íntegro, afable, amoroso, no quiero verlo yacer inerte y no voy a hacerlo, Robaina seguirá recorriendo sus vegas, levantando la mano en ademán de bienvenida, y continuará dejando hitos en el mundo, no porque su obra lo sobreviva o porque su nombre se eternice en una marca de tabaco,

sino porque dejó amor en los que estamos vivos y una admiración que hemos trasmitido a nuestros hijos y ellos sabrán replicarla, cada pequeño recuerdo será magnificado en el tiempo y Robaina vivirá en la pureza que no puede contaminar la muerte, el tiempo o el olvido, en la tierna huella que deja la naturalidad de un hombre de bien.

Sus restos serán sepultados mañana y su funeral tendrá lugar en su propia casa, pero eso es sólo un ritual, una broma de mal gusto que nos jugó El Viejo, la muerte sólo es verdad si la permitimos los que estamos vivos….
Sería inútil negar que siento una infinita pena por este hecho, quisiera que estas palabras sirvan de homenaje a su memoria, de pésame a sus seres queridos y de recordación eterna a Robaina, las imágenes que acompañan estas palabras fueron extraídas de nuestro archivo personal de vídeo, de momentos en que trabajamos junto a él o compartimos en familia, agradecería que no sean usadas sin nuestra autorización.
Mi esposo y yo estamos acongojados y nuestras hijas también se conmocionaron con la noticia, la pequeña suele decir de las fotos en las que aparece con él, que es Robaina con ella, megalomanía infantil y auténtico orgullo de conocer a un hombre excepcional, su memoria estará siempre en nosotros.

Fotos: Pedro Paredes.

6 comentarios:

Lola dijo...

Sólo te puedo decir, Yolanda, que si tu lo sientes, yo también lo siento. Se le ve en las fotos un hombre muy trabajado por la vida y con cara de buena persona.
Te mando un abrazo Lola

Clara González dijo...

Siento su vida y su muerte a través de tus palabras. Sin duda que ha merecido la pena su existencia. Por él, por ti, por vosotros. Un cordial saludo.

Joselu dijo...

El anterior comentario era mío; mi hija se conecta y me deja su huella. Un saludo.

Yolanda Molina Pérez dijo...

Lola hermoso gesto que mi dolor baste para tí, realmente su muerte ha sido una inmensa pena, además de la admiración que podía despertar una figura como él, era capaz de inspirar un cariño filial, especialmente porque poseía las dotes de un genuino patriarca familiar, asistir hoy a su velorio me dejó una inmensa pena, padeció mucho en los últimos meses de vida y lo hizo con una entereza que no hace más que agigantar su ya inconmesurable grandeza. Otro abrazo

Yolanda Molina Pérez dijo...

Joselu, Robaina fue uno de esos hombres que el simple hecho de conocerlo es motivo para enorgullecernos, sus cualidades humanas lo convertían en alguien excepcional, dejó huellas que lo convierten en imprescindible, saludos.

Rogelio Córdova dijo...

Aunque no lo he conocido en persona, siempre supe de Robaina a inicios del 2000, cuando comenzaron a venderse los habanos Robaina en Panamá. Soy degustador de los tabacos. Sé desde entonces de Robaina por los escritos sobre él, las fotos vistas, los videos, sus anécdotas, sobre todo cuando fue a Itala a una expo internacional, y es como si lo hubiera conocido en persona. SALUDOS a todos, principalmente a la memoria de Don Alejandro.