miércoles, 8 de septiembre de 2010

Iniciación.


Desde el seis de septiembre mi hija menor comenzó su vida escolar, no era la primera vez que víviamos esta experiencia, aún así siempre es motivo de alegría acompañarlos en sus actos de iniciación, con la reiteración los adultos no perdemos el júbilo de los preparativos, la compra de los uniformes, y del resto de los accesorios con los cuales solemos cargarlos, la familia en pleno estaba atenta al hecho además del reinicio del curso para todos los otros.
Sabíamos que con María Fernanda podía ser un poco complicado, pues como ya he dicho otras veces ella ha roto con todos nuestros manuales de educación, sin embargo al menos la ilusión de la primera vez la llevaba bastante animada...


Estas fotos las tomamos en el portal de casa de mi suegra antes de salir, después no quiso volver a ser retratada, así que no hay más que ver, asiste a la misma escuela que India,lo cual es un gran aliciente para nosotros al menos durante este curso, pues el próximo ya estarán en enseñanzas diferentes, por estos días batallo con la adaptación, no me quejo pero tampoco quiero cantar victoria antes de tiempo, es un proceso lento en el que cualquier detalle puede echar por tierra lo conquistado.
Mis hijas son sólo dos más entre los miles que ingresaron en esta segunda semana de septiembre a la escuela, en Cuba muchos aspectos de la vida están condicionados por la duración del curso escolar, central, local y a nivel doméstico las estrategias se trazan sobre la base de respetar estos 10 meses docentes, cada septiembre marca un punto de giro en nuestras vidas, todavía estoy enredada entre forros, presillas y plumones para que los libros y libretas lleven los encantos que ellas desean, por ahora estoy de vacaciones las dejé para disponer del tiempo que requiere la adaptación a la escuela, una enfermedad oportunista me está echando a perder los días, pero no me acaba el ánimo para vivir juntas lo que sé será un momento inolvidable.

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