martes, 12 de agosto de 2014

Nuevas regulaciones aduanales en Cuba. Efecto mariposa



Las nuevas regulaciones aduanales que entrarán en vigor a partir del primero de septiembre de este año, despiertan muchas inquietudes en la población, y no sólo para quienes viajan con frecuencia o reciben de manera sistemática ayuda del exterior, el impacto de ellas llegará con fuerza a la cuentas familiares.
En términos económicos Cuba posee un mercado interno cautivo, pues  los surtidos en las redes comerciales de distinto tipo y moneda son similares en todo el país y la alternativa queda hoy en la categoría de lo ilícito, pero  la poca variedad, calidad, falta de garantías y altos precios de las tiendas administradas por los distintos organismos comerciales convierte a la red fuera de la ley en una alternativa accesible.
Al margen de las personas naturales devenidas en empresas importadoras y la voluntad estatal de regular dicha práctica, así como la intención manifiesta expresada por las autoridades aduanales de proteger la economía nacional, las medidas afectarán a la población.
Las nuevas tarifas y restricciones traerán consigo un alza de los productos en el mercado negro, (en Cuba es casi blanco, por la impunidad con que opera y la magnitud del mismo),  aun así posiblemente estén en condiciones de ofrecer costes más asequibles que los de las cadenas comerciales; teniendo en cuenta que la actual formación de precios al menos para los artículos que expenden en divisas incluye un gravamen de al menos el 200 por ciento.
A eso es preciso añadir los numerosos productos que es imposible encontrar de forma permanente o incluso esporádicamente,  estas personas los surten por encargos personales o altas demandas y por ende niveles de ventas asegurados.
Un acompañamiento comercial hacia lo interno precisarán las  medidas aduanales, donde calidad, diversidad, garantía y precios resulten altamente beneficiadas, para que el mercado estatal proteja a los consumidores, teniendo  en cuenta sus intereses y poder adquisitivo.
La relación entre salario y costo de la vida ostenta una asimetría que tiene los bolsillos en vilo, cualquier gasto imprevisto saca la riqueza familiar de equilibrio y en los últimos tiempos los precios mantienen un alza ante la insuficiente oferta y creciente demanda, las nuevas resoluciones aduanales sin duda acrecentarán la tendencia.
Las aperturas para las iniciativas privadas en el contexto económico cubano piden a gritos formas de abastecimiento,  ante la inexistencia de mercados mayoristas y los suministros de todas las materias primas necesarias para ellos, flexibilizar las importaciones constituiría una alternativa.
Lo idóneo sería un incremento de producciones nacionales y que estas cubrieran las exigencias del mercado interno, pero aun eliminado de golpe todas las limitaciones (objetivas y subjetivas) del sistema empresarial cubano, la infraestructura del país estaría muy lejos de esta meta.
Para algunos  analistas el empleo de medidas proteccionistas crea el riesgo  de asfixiar el comercio, que es un motor de la recuperación, esa que todos soñamos en términos macro y micro económicos, pero sobre todo a nivel de familia, si la intención es proteger el mercado interno y limitar el lucro y enriquecimiento de unos pocos no bastarán para ello estas regulaciones aduanales.

5 comentarios:

Lola dijo...

Constancia de que te he leído. Besos.

Yolanda Molina Pérez dijo...

Gracias Lola...

Iris dijo...

Totalmente de acuerdo. Así es el sentir desde un extremo al otro del Archipiélago. Un abrazo

Yolanda Molina Pérez dijo...

Iris, y los que todavía permanecen indiferentes es que no entienden el impacto que tendrá... Otro abrazo para tí y felices vacaciones...

Anónimo dijo...

hola