viernes, 17 de octubre de 2008

Revolución ¿entre el error y la pobreza?

Seguro que Cuba sabrá salir adelante. De estas situaciones de crisis surge triunfante el sentimiento de solidaridad entre los damnificados y las personas cercanas humanamente. A través de tus escritos se observa que eres una mujer convencida y comprometida con lo que significa la Revolución cubana. Hasta España llegan más bien los testimonios contrarios, y hay hasta blogs cubanos que reciben miles de comentarios y que son críticos con la situación actual. Me pregunto si con tantas dificultades es fácil seguir siendo fiel a la Revolución o en algunos momentos hay dudas sobre ella. Disculpa mi pregunta generada porque de hecho son mucho más frecuentes en la prensa española y en el mundo de los blogs las críticas al llamado inmovilismo actual. Recibe un cordial saludo, amiga.

Para Joselu, convencida de que la duda es el camino a la certeza.

¿Podrás creer que justamente leo tu mensaje en uno de esos momentos de colérico cuestionamiento? Pues sí uno de esos días en que sales a vivir tu jornada y te encuentras con la hipocresía disfrazada, a figurines presurosos de esconder su incapacidad en busca de un ápice de poder, con el afán de la tenencia como inspiración para el vuelo, los vi pasar, por un instante, unos minutos, unas horas parecía que su ruta era lo único posible hacia el horizonte.
Te llenas de desazón y piensas si realmente vale la pena vivir en la agonía del salario que no alcanza, la planificación de cada gasto, lejos de un auto moderno, una sofisticada casa y modernas máquinas para el laboreo hogareño. Usas genéricos para ejercitar el verbo acusatorio y así desbarras contra dirigentes, funcionarios, la gente; pasa la ira y te das cuenta de que cada uno tiene un valor asignado un nombre sea A o B y no merecen “la gloria” de que homogenices su falta sobre sus similares.
Es cierto que vivir en Cuba es difícil, la economía se ha recuperado pero está muy lejos de poder ofrecernos el nivel de vida que tuvimos en la década del 80 del pasado siglo, nos creamos expectativas de desarrollo que no sólo se truncaron, sino que las bases sobre las cuales se concibieron se vinieron abajo y no es fácil que cuando llevas 30 años por un camino te digan: rumbo equivocado, para la nueva ruta no hay vía, a desbrozar maleza y abrir senda.
Llegados a este punto es preciso aclarar que cualquier duda o cuestionamiento, no es sobre el proyecto de la Revolución, en el cual creo pues se sustenta sobre algo paradigmático desde mi punto de vista: justicia e igualdad social, me amilanan las incapacidades humanas y su negativa influencia sobre el entorno, me amilana que ante la devaluación de la moneda nacional el cubano le perdió el amor al trabajo, cortó esa raíz, porque no lo ve como fuente de riqueza, medidas recientes buscan restituirle al empleo estatal, el valor que merece y necesita para la prosperidad de una nación.
Cuba es punto de muchas campañas tan perjudiciales las apologéticas como las denigrantes, no somos el único país del mundo que trata de salir de una crisis económica ¿o sí?, la diferencia es que aquí no se hace dejando tendidos en el camino millones de desempleados, ancianos desprovistos de su seguridad social o niños indigentes, preservar determinados derechos lleva en medio de la escases a medidas muy fáciles de reñir.
¿Qué crees que preferiría una de esas madres flácidas rodeadas de hijos hambrientos que desde tu amada África nos miran, su situación actual o una libreta de racionamiento con la cual asegurar a su prole cierta cantidad de arroz, granos, grasas, huevos, leche, pan…?
Ella quisiera esa cuestionada cuota básica, que yo deseo dejar atrás como millones de cubanos más pero no quiero que en el momento que eso suceda si voy camino al supermercado en mi flamante auto del año, al pararme en el semáforo se me abalance un infante de la edad de mis hijas a limpiar el parabrisas, ¡ni siquiera puedo pensar en que sean ellas las que lo limpien!
Tenemos carencias, funcionarios incompetentes, corruptos, desigualdades, burocracia, ineficacia, indolencia, apatía, ¿hay algo de esto que no se encuentre en mayor o menor medida en cualquier otro país?
Creo en la Revolución, como proyecto conjunto, como bien espiritual que busca el mejoramiento del hombre, criticar es muy fácil, ver los errores es más sencillo que corregirlos, tampoco abogo por vivir de espaldas a ellos, pero quienes satanizan la figura de Fidel hasta dimensiones risibles desconocen en esencia la realidad cubana, aquí no se mantiene el orden con tanques en las calles, a punta de rifles o en ese estado de sitio que aseguran algunos, ¿si existe una disidencia cubana por qué no lo hace al margen del financiamiento norteamericano? ¿Hace falta que te paguen para disentir de la política de gobierno en tu país? Hm, me empiezo a poner suspicaz.
Hace 50 años se puso fin a gobiernos títeres y el destino del país quedó en casa, desde entonces el diferendo con Estados Unidos ha marcado un alto sentido político de sobrevivencia, no es falacia el auspicio de grupos armados, o los ataques terroristas que tanta vida costaron y cuestan, tampoco logra boleta para el mundo de lo irreal el bloqueo y su extraterritorialidad.
Algo curioso es que muchos de los acérrimos enemigos de Cuba fueron en su tiempo furibundos defensores de la Revolución desde su militancia, esos cambios tan radicales dejan en la impresión de papagayos parlantes que encontraron en las consignas y la intransigencia un camino que no lleva a la naturaleza del verdadero revolucionario, lo dijo Martí “la Patria es ara y no pedestal”.
Insatisfacciones acumulamos muchas, incluso en aquellas cosas que se consideran pilares de nuestra sociedad como salud y educación, cuantioso es lo que queda por hacer en cuanto a calidad y especialización y la mayor parte de ello está en el factor humano porque si de algo ha pecado esta Revolución es de paternalista, en el afán de proteger ha creado un apego a las gratuidades, que ya es tiempo de ir modulando.
La emigración de los cubanos tiene como otras muchas que suceden en el mundo a diario un sustrato económico, trastocado en política.
Me preguntas si es difícil creer en la Revolución, y no Joselu, no lo es incluso cuando te respondo en uno de esos días malos que tiene cualquier cubano, hay jornadas de frustración y también de sueños, esperanzas, muchas ganas de hacer un futuro cierto para esta isla en la que al decir de Lezama nacer es “una fiesta innombrable”.

Nota: aunque no es costumbre voy a dejar referencias a algunas entradas publicadas hace algún tiempo y que de una u otra forma profundizan en aspectos abordados aquí.

YoCuba: Recetas propias
YoCuba: Somos la Revolución.
YoCuba: No tan pobres

6 comentarios:

Joselu dijo...

Gracias por esta respuesta personalizada. La he leído varias veces con extrema atención, de igual manera que me he llegado a los links que reseñas y que reflejan también tu forma de pensar, tus reflexiones sobre la realidad de Cuba y sobre la Revolución que sigues llevando en el alma. ¿Sabes? Yo no conozco Cuba. He soñado en muchas ocasiones visitarla, pero un viaje allí con mi familia (mujer y dos hijas) se pone a unos precios astronómicos. Me gustaría conocer Cuba, esa Cuba en que todavía están vigentes los principios de esa revolución que viene del Che, y que tiene de la igualdad y la justicia social su centro neurálgico. Comparas la situación de Cuba -en crisis- con la de otros países en vías de desarrollo y constatas que en Cuba no se deja a nadie en la estacada, que todo el mundo tiene acceso a su cartilla de racionamiento con derecho a lo básico. Reconoces que también hay días de frustración, pero también de sueños y de esperanza. Creo que has sido lo suficientemente clara sobre lo que te he preguntado y distingo en ti la imagen que no nos llega de Cuba y que proyectan los medios de comunicación, como te decía. El de una mujer con hijos que lucha por la supervivencia, como todos, pero que sigue teniendo entre sus sueños el de un mundo mejor y más solidario a pesar de todo lo que pueda estar en contra. Un fuerte abrazo, y de nuevo gracias. Por esto y por tu nominación que aparece en tu entrada anterior. Hasta pronto.

Yolanda Molina Pérez dijo...

Me da mucho gusto que quedaras satisfecho con la respuesta, y ha sido un placer hacerla, no eres el primer español que me habla de lo costoso del viaje a Cuba comparativemente con otras opciones muy atractivas y más económicas, incluso dos de mis grandes amigas cubanas residentes en España lo lamentan porque les hace más difícil el contacto personal con la familia, esperemos que alguna vez, o tu solvencia alcance otros niveles o las ofertas se vuelvan alcanzables, mejor la primera opción, que la prosperidad nunca viene mal...
Un abrazo...

Maykel dijo...

Pienso como tú, Yolanda... Exactamente así. Tenemos que plantar bien las fronteras de lo ganado, sin ceder en un paso,pero aspirar a más, que es muy dialéctico, tampoco no es un pecado...
La principal convicción que necesita cada cubano hoy es la sensación de pertenecer a la Revolución, de considerarla inherente a sí mismo, más allá de las consignas, los lemas y la ostentación.
Me he encontrado con cada gente, con cada censores... gente apegada a reglamentar sobre asuntos de segundo orden, presuntos defensores de la Revolución que sólo encarnan una pose.
El enemigo tal vez no sea tanto el imperialismo de afuera como la ceguera que nos habita por dentro, a cada uno en la medida de su voluntad por desembarazarse de las sombras en los ojos.
No soporto que me digan qué pensar, cómo decir... y si defiendo la esencia noble de la Revolución, es porque he podido calarla por mí mismo, en la médula de su belleza. Se suele considerarnos niños irresponsable y juzgarnos como tales; no lo somos tanto a estas alturas; ya hemos crecido y reclamamos el derecho a pensar y opinar, a dilucidar lo que desconocemos en respuestas bien argumentadas...
Me siento parte de una generación muy favorecida y, paradójicamente, desarraigada.
¿Qué nos pasa?
¿Por qué esperamos de brazos cruzados a que una entidad distante -habanera- que se llama "el Estado" resuelva los descalabros mínimos de cada día?
¿Por qué nos hemos abandonado a la mesiánica costumbre de que un solo hombre piense por todos nosotros?
¿Y el resto de las cabezas?
¿Sobrevivir acaso, implica renunciar?
La cultura que aspiramos no entra con sangre ni con prebendas paternalistas que disuaden al talento de esforzarse. La cultura que libera debe surgir de la voluntad consciente, e íntima, de empinarse más alto, como quería Martí...
Ahora soy yo quien se extiende; es inevitable hacerlo ante el imperio de este tema.
Un abrazo.
Nos vemos.

Yolanda Molina Pérez dijo...

Maykel pongo comillas a todo, y si cada quien pusiese un poco de lo suyo y entendiese que así se hace un nosotros, sería mucho más fácil,
otro abrazo

Animal de Fondo dijo...

Yolanda, ya sabes que estoy perdido, pero no puedo dejar de felicitarte por la respuesta a Joselu. Es muy difícil hacerlo tan bien.
Y para Joselu, que escuche a Silvio, ya que seguramente la poesía le dará otra visión de la verdad. Se me ocurre que para empezar, la canción de "Rodríguez" que se llama, creo recordar, "el problema", no estaría mal, me parece. Y es que, con Silvio, "El problema, señor/sigue siendo sembrar amor", cosa que en Cuba está permitido hacer.
Y ya puestos a recomendar a Silvio, no me aguanto las ganas de hacerlo también con Roberto Fernández Retamar.
Un abrazo muy fuerte, y otro para Maykel.

Yolanda Molina Pérez dijo...

Francisco, no imaginas el placer ante tu aparición, ¿sonará muy pretencioso si te digo que la esperaba?, gracias por entre tu poco tiempo dedicarnos algo de él, realmente temas como estos sé que son los que te encanta poder debatir sobre Cuba, muchas gracias